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Catedral de Murcia: Historia, arte y legado de un emblema

by Paula Gutiérrez
6 de julio de 2025
in Historia
Fachada principal de la Catedral de Murcia iluminada por el atardecer, mostrando su riqueza barroca y monumentalidad.

Fachada principal de la Catedral de Murcia

La Catedral de Murcia se erige como el emblema indiscutible de la ciudad, un testimonio vivo de su rica historia y evolución cultural. Situada en la Plaza del Cardenal Belluga, este majestuoso templo ha sido testigo de siglos de transformaciones, reflejando en su arquitectura la amalgama de estilos que han marcado cada época. Desde su consagración en 1467, la catedral ha integrado elementos góticos, renacentistas, barrocos y neoclásicos, convirtiéndose en un verdadero collage arquitectónico que narra la historia de Murcia y su región.

La construcción de la catedral comenzó en 1394 sobre los cimientos de la antigua Mezquita Aljama, simbolizando la transición de la Murcia islámica a la cristiana. Este proceso no solo representó un cambio religioso, sino también cultural y social, marcando el inicio de una nueva era para la ciudad. A lo largo de los siglos, el templo ha sido objeto de ampliaciones y reformas que han enriquecido su estructura y ornamentación, reflejando las diversas influencias artísticas y arquitectónicas que han convergido en Murcia.

Orígenes y evolución de la Catedral de Murcia

La historia de la Catedral de Murcia se remonta al siglo XIII, cuando la ciudad fue incorporada al reino de Castilla. En 1266, tras la toma de Murcia por Jaime I el Conquistador, la mezquita mayor de la ciudad fue consagrada como iglesia cristiana bajo la advocación de Santa María. Este acto marcó el inicio de la transformación del principal templo islámico en el centro de la fe cristiana local.

A finales del siglo XIII, en 1291, la sede episcopal se trasladó desde Cartagena a Murcia, consolidando la importancia religiosa de la ciudad. Este traslado impulsó reformas significativas en la antigua mezquita mayor para adaptarla a las necesidades litúrgicas cristianas. Sin embargo, no fue hasta 1385 cuando se iniciaron las obras de construcción de una nueva catedral gótica sobre los cimientos de la mezquita, comenzando con la cimentación y colocando la primera piedra en 1388. Las obras avanzaron lentamente, y en 1394 se inició la construcción del edificio que sustituiría a la antigua mezquita.

La construcción de la catedral se extendió durante varias décadas, reflejando la complejidad y ambición del proyecto. Finalmente, en 1467, el templo fue consagrado y dedicado a Santa María, consolidando su papel como epicentro espiritual de Murcia. A lo largo de los siglos, la catedral ha experimentado diversas ampliaciones y reformas, incorporando estilos arquitectónicos que van desde el gótico original hasta elementos renacentistas, barrocos y neoclásicos, lo que la convierte en un testimonio vivo de la evolución artística y cultural de la región.

Arquitectura y estilo: el collage artístico de la Catedral de Murcia

La Catedral de Murcia es un auténtico mosaico arquitectónico que refleja siglos de historia y evolución estilística. Su fachada principal, una obra maestra del barroco español, se erige con 54 metros de altura y más de veinte esculturas que narran la exaltación de la Virgen María y la glorificación de la Iglesia. Diseñada por Jaime Bort y Meliá entre 1737 y 1751, esta fachada-retablo combina arquitectura y escultura de manera armoniosa, presentando figuras de santos, arcángeles y misterios marianos que capturan la esencia del barroco.

Pero la riqueza de la catedral no se limita a su fachada. El templo es un verdadero collage de estilos arquitectónicos que abarcan desde el gótico original hasta añadidos renacentistas, barrocos y neoclásicos. Esta amalgama se debe a las diversas fases constructivas y reformas que ha experimentado a lo largo de los siglos, convirtiéndola en un testimonio vivo de la evolución artística y cultural de Murcia.

Un ejemplo destacado de conservación es la reciente restauración de la Puerta del Perdón, una de las entradas más emblemáticas de la catedral. Esta intervención no solo ha devuelto el esplendor a la fachada barroca, sino que también ha mejorado la seguridad del monumento, evitando desprendimientos y preservando su integridad para las futuras generaciones.

La torre de la Catedral de Murcia: símbolo y vigía de la ciudad

Con sus imponentes 93 metros de altura, la torre de la Catedral de Murcia se erige como el tercer campanario más alto de España, solo superado por la Giralda de Sevilla y la Sagrada Familia de Barcelona. Su construcción, que abarcó desde 1521 hasta 1793, refleja una fusión de estilos arquitectónicos: los dos primeros cuerpos, de estilo renacentista, fueron obra de los arquitectos florentinos Francisco y Jacobo Florentino, y de Jerónimo Quijano, respectivamente. Tras una pausa de más de dos siglos, las obras se reanudaron en 1765 bajo la dirección de José López, quien añadió los cuerpos barrocos del reloj y el campanario. Finalmente, Ventura Rodríguez culminó la estructura con una cúpula y linterna neoclásicas en 1793.

Más allá de su majestuosidad arquitectónica, la torre ha sido testigo y protagonista de la historia murciana. Sus campanas, que suman un total de veinte, han resonado para anunciar desde las temidas riadas del río Segura hasta celebraciones y festividades locales. Además, los «conjuratorios», cuatro templetes situados en el cuarto cuerpo, eran utilizados por los sacerdotes para conjurar tormentas y otros males que amenazaban la ciudad. Hoy en día, la torre no solo sigue siendo un emblema del patrimonio de Murcia, sino también un mirador privilegiado que ofrece vistas panorámicas de la ciudad y su entorno.

Espacios singulares: la Capilla de los Vélez y otras joyas interiores

La Capilla de los Vélez, situada en el interior de la Catedral de Murcia, es una obra maestra del gótico flamígero. Iniciada en 1490 por Juan Chacón y finalizada en 1507 por su hijo Pedro Fajardo, primer marqués de los Vélez, esta capilla destaca por su planta poligonal y una impresionante bóveda estrellada de diez puntas. La profusa decoración interior incluye elementos vegetales, figuras mitológicas y escudos heráldicos que reflejan el poder y la influencia de la familia Fajardo. Curiosamente, la capilla sobresale del perímetro de la catedral, invadiendo la vía pública, lo que en su momento generó disputas con el concejo municipal.

Otra joya del interior de la catedral es la Capilla de Junterón, considerada una de las obras más destacadas del Renacimiento español. Fundada en 1515 por Gil Rodríguez de Junterón, protonotario apostólico del Papa Julio II, esta capilla presenta una planta elíptica y una bóveda singular conocida como «Cúpula de Murcia». La decoración incluye esculturas de profetas y sibilas, así como un relieve central de la Adoración de los Pastores, atribuido a Jerónimo Quijano. En el suelo, una inscripción reza: «Aquí viene a parar la vida», recordando la fugacidad de la existencia.

No menos relevante es la Capilla de la Inmaculada, edificada en 1625 por orden del obispo Antonio de Trejo. Esta capilla barroca fue una de las primeras en España dedicadas a la Inmaculada Concepción. Su diseño, influenciado por la arquitectura italiana, destaca por el uso de mármoles policromados y una rica ornamentación. La imagen de la Virgen, tallada en madera policromada alrededor de 1627, es una de las primeras representaciones bajo esta advocación.

Curiosidades y legado atemporal de la Catedral de Murcia

La Catedral de Murcia, más allá de su imponente arquitectura, alberga historias y detalles que la convierten en un auténtico emblema de la ciudad. Por ejemplo, en la Capilla Mayor se custodia una urna que contiene el corazón y las entrañas de Alfonso X el Sabio, quien, aunque falleció en Sevilla, quiso que parte de sus restos descansaran en Murcia, evidenciando su profundo vínculo con la región.

Otro detalle fascinante es la presencia de un cerdo esculpido en uno de los capiteles de la Puerta de los Apóstoles. Este animal, que podría representar al chato murciano, una raza porcina autóctona, pasa desapercibido para muchos visitantes. Además, la torre campanario, con sus 93 metros de altura, no solo es la tercera más alta de España, sino que también alberga 20 campanas, cada una con su propio nombre y función histórica, como la ‘Nona’, que marca la hora nona, tradicionalmente asociada a la muerte de Cristo. (, )

Tags: ArquitecturabarrococapillasCatedral de MurciaHistoriaMurciaturismo cultural
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