El esparto, una planta que crece en abundancia en la región de Murcia, ha sido utilizado por el ser humano desde tiempos prehistóricos. Las excavaciones arqueológicas han revelado que, ya en el Neolítico, se empleaba para fabricar cuerdas, cestas y otros utensilios domésticos. Por ejemplo, en la Cueva de los Murciélagos de Albuñol, se encontraron restos de indumentaria y herramientas elaboradas con esta fibra, datadas alrededor del 3500 a.C. [1]
Durante la época romana, Murcia se consolidó como un centro neurálgico en la producción y exportación de esparto. De hecho, los romanos denominaron a la zona como «Campus Spartarius» o «Spartaria», reflejando la importancia de esta industria en la región. [2] Esta denominación subraya cómo el esparto no solo era abundante, sino también un recurso económico clave.
En tiempos más recientes, la Universidad de Murcia y la Universidad Autónoma de Madrid han colaborado en la realización de un documental que repasa la tradición milenaria del esparto en la región. Este proyecto destaca cómo, a pesar de la introducción de materiales sintéticos, la artesanía del esparto sigue siendo un testimonio vivo de la historia y cultura murcianas. [3]
La evolución del trabajo artesanal del esparto en la historia murciana
Desde tiempos inmemoriales, el esparto ha sido una fibra esencial en la vida cotidiana de Murcia. Ya en la época romana, la región era conocida como el «Campus Spartarius» debido a la abundancia de esta planta, utilizada para fabricar cuerdas, sandalias y otros utensilios. Las técnicas artesanales del esparto, como la trenza, el cordel o la pleita, se transmitían de generación en generación, convirtiéndose en un pilar económico y cultural para los municipios murcianos.
Durante la Edad Media, el trabajo tradicional del esparto continuó siendo fundamental. Las comunidades locales dependían de esta fibra para elaborar herramientas agrícolas y objetos domésticos. Sin embargo, con la llegada de la industrialización en el siglo XIX, la producción de esparto experimentó una transformación significativa. Pueblos como Cieza se convirtieron en centros neurálgicos de la industria espartera, con fábricas que empleaban a gran parte de la población local. Según datos históricos, en 1840 ya existía una importante fábrica de picado de esparto en Abarán, lo que evidencia la relevancia de esta industria en la región.
A pesar de los avances industriales, la transmisión intergeneracional de las técnicas artesanales del esparto ha sido clave para mantener viva esta tradición. Artesanos como Antonio Salmerón, de Cieza, han adaptado sus habilidades a las demandas contemporáneas, creando productos innovadores como lámparas y alfombras de esparto. Sin embargo, la pregunta persiste: ¿podrá esta artesanía ancestral sobrevivir en un mundo dominado por materiales sintéticos y producción en masa? La respuesta dependerá de la capacidad de las nuevas generaciones para valorar y preservar este legado cultural único.
El esparto: características y curiosidades de una fibra única
El esparto, conocido científicamente como Macrochloa tenacissima, es una fibra vegetal que ha sido fundamental en la artesanía y la economía de la región de Murcia. Esta planta perenne se adapta perfectamente a los terrenos áridos y pedregosos del sureste español, desarrollando hojas largas y resistentes que pueden alcanzar hasta un metro de longitud. Su recolección tradicionalmente se realiza entre julio y octubre, cuando las hojas han madurado y adquirido su característico color amarillo dorado. Los recolectores arrancan las hojas manualmente, formando manojos que luego se secan al sol durante varias semanas para obtener el esparto crudo.
Una vez seco, el esparto puede someterse a un proceso de cocido, sumergiéndolo en balsas de agua durante aproximadamente 30 a 40 días. Este procedimiento facilita la eliminación de sustancias no deseadas y ablanda las fibras, preparándolas para su posterior picado y rastrillado. El resultado es una fibra flexible y resistente, ideal para la fabricación de una amplia variedad de productos artesanales.
Entre las curiosidades del esparto destaca su notable resistencia a la abrasión y su capacidad para soportar condiciones extremas de humedad y sequedad, lo que lo convierte en un material duradero y versátil. Históricamente, se ha utilizado en la confección de alpargatas, cestas, esteras y cuerdas, e incluso en la fabricación de papel de alta calidad. En Murcia, el esparto ha sido tan relevante que localidades como Cieza se convirtieron en importantes centros de producción, con numerosas fábricas dedicadas a su procesamiento.
El papel del esparto en la identidad cultural de Murcia
El esparto ha sido un pilar fundamental en la cultura murciana, impregnando tanto las tradiciones esparto Murcia como la vida cotidiana de sus habitantes. Esta fibra natural no solo ha servido para la creación de utensilios y herramientas, sino que también ha dejado su huella en las festividades y expresiones artísticas de la región.
Por ejemplo, en el Carnaval de Águilas, la figura de la Mussona, un personaje que simboliza la dualidad entre lo salvaje y lo civilizado, se viste con un traje confeccionado principalmente de esparto. Este atuendo, adornado con conchas y otros elementos naturales, refleja la conexión profunda entre el esparto y la identidad murciana esparto.
Además, la transmisión de las técnicas artesanales del esparto ha sido tradicionalmente responsabilidad de las mujeres y las familias, quienes han enseñado a las nuevas generaciones a trabajar esta fibra, asegurando así la continuidad de las tradiciones esparto Murcia. Aunque el uso del esparto ha disminuido con la llegada de materiales sintéticos, su legado persiste en la artesanía local y en la memoria colectiva de la región.
Preservación y futuro de la artesanía del esparto en Murcia
La protección de la artesanía del esparto en Murcia es esencial para mantener viva una tradición que ha tejido la identidad cultural de la región durante siglos. Asociaciones locales, museos y nuevos artesanos están desempeñando un papel crucial en esta revitalización. Por ejemplo, en Cieza, el Museo del Esparto, gestionado por el Club Atalaya, recibe miles de visitantes anualmente, lo que demuestra un creciente interés por esta herencia. Además, iniciativas como el documental realizado por las universidades Autónoma de Madrid y de Murcia, junto con los museos de Mula y Jumilla, han puesto en valor la historia y relevancia de esta ‘artesanía huérfana’ que busca un nuevo futuro.
¿Por qué es tan importante este esfuerzo? Más allá de su valor patrimonial, el esparto representa una forma de artesanía sostenible que se alinea con las tendencias actuales de consumo responsable. Su recuperación no solo contribuye a la conservación del medio ambiente, sino que también ofrece oportunidades para el turismo cultural y la educación. Al visitar talleres y museos dedicados al esparto, tanto locales como turistas pueden conectar con las raíces de Murcia, comprendiendo la importancia de preservar estas tradiciones para las futuras generaciones. La verdad es que, en un mundo cada vez más globalizado, mantener vivas estas prácticas nos recuerda quiénes somos y de dónde venimos.