La Isla Grosa se alza en el mar Mediterráneo, a unos 2,5 kilómetros al este de la zona norte de La Manga del Mar Menor, en el municipio de San Javier, Región de Murcia. Con una superficie de 17,5 hectáreas y una altitud que supera los 90 metros, esta isla de origen volcánico presenta una forma cónica erosionada, característica de los volcanes murcianos. Su acceso es restringido debido a su condición de espacio natural protegido, por lo que no es posible desembarcar en ella sin autorización previa. Sin embargo, es común que embarcaciones y kayaks rodeen sus costas para apreciar su singular belleza desde el mar.
Lo que realmente distingue a la Isla Grosa de otras islas del Levante español es su rica biodiversidad y su importancia ecológica. Alberga una de las colonias más significativas de la gaviota de Audouin (Larus audouinii), especie catalogada como globalmente amenazada y prioritaria para la conservación en Europa. Además, en sus acantilados anidan el paíño europeo (Hydrobates pelagicus) y el cormorán moñudo (Phalacrocorax aristotelis). Bajo sus aguas, se extiende la pradera más extensa de Posidonia oceanica de todo el litoral murciano, un ecosistema vital que sustenta una gran diversidad de vida marina. Esta combinación de factores convierte a la Isla Grosa en un enclave único y de gran valor ambiental en el Mediterráneo.
Historia de Isla Grosa: Entre el volcán y la conservación
Hace entre 7,2 y 6,6 millones de años, durante el Mioceno, la actividad volcánica en el Campo de Cartagena dio lugar a la formación de la Isla Grosa. Este proceso geológico creó un cono volcánico que, aunque erosionado con el tiempo, aún conserva su estructura original. Los acantilados del sur de la isla muestran disyunciones columnares, resultado del enfriamiento de la lava al ascender a la superficie. Curiosamente, este origen volcánico no es exclusivo de la Isla Grosa; otras formaciones en el Mar Menor comparten esta misma procedencia.
A lo largo de los siglos, la Isla Grosa ha sido testigo de diversos acontecimientos históricos. En sus aguas se han hallado pecios fenicios y romanos, como el del Bajo de la Campana, que transportaba lingotes de estaño y plomo, manufacturas púnicas y colmillos de elefante africano con inscripciones fenicias. Estos hallazgos se exhiben en el Museo Nacional de Arqueología Subacuática de Cartagena. Además, la isla sirvió como refugio para piratas berberiscos hasta el siglo XVIII. En el año 2000, tras ser utilizada como zona militar, fue cedida al gobierno de la Región de Murcia para actividades medioambientales, consolidando su estatus como espacio protegido y resaltando su importancia en la protección ambiental de Murcia.
Biodiversidad y valor ecológico de Isla Grosa
Isla Grosa, situada frente a la costa de La Manga del Mar Menor, es un enclave protegido que forma parte de la Red Natura 2000. Su designación como Zona de Especial Protección para las Aves (ZEPA) y Lugar de Importancia Comunitaria (LIC) subraya su relevancia para la biodiversidad en la Región de Murcia. Este estatus busca preservar sus ecosistemas únicos y garantizar la supervivencia de especies amenazadas que encuentran refugio en la isla.
La fauna de Isla Grosa es especialmente notable por su avifauna. Alberga importantes colonias de aves marinas como la gaviota de Audouin (*Larus audouinii*), el paíño europeo (*Hydrobates pelagicus*) y el cormorán moñudo (*Phalacrocorax aristotelis*). Estas especies utilizan la isla tanto para nidificar como para descansar durante sus migraciones. Además, las aguas circundantes son hogar de diversas especies marinas que dependen de los hábitats submarinos bien conservados para su alimentación y reproducción.
En cuanto a la flora, la isla presenta comunidades vegetales singulares dominadas por el cambrón (*Lycium intricatum*) y el oroval (*Withania frutescens*). Bajo el mar, se extiende la pradera más extensa de *Posidonia oceanica* del litoral murciano, un ecosistema clave que actúa como refugio y zona de cría para numerosas especies marinas. Este entorno convierte a Isla Grosa en un laboratorio natural ideal para estudiar las interacciones ecológicas y los efectos del cambio climático en ecosistemas insulares.
Curiosidades y leyendas de Isla Grosa
La Isla Grosa, con su imponente silueta volcánica, ha sido testigo de innumerables anécdotas en la historia de Murcia. Uno de los hallazgos más sorprendentes ocurrió en el yacimiento del Bajo de la Campana, donde se descubrieron más de 55 colmillos de elefante africano con inscripciones fenicias. Estos restos, datados en los siglos VII-VI a.C., evidencian el comercio de marfil entre la Península Ibérica y el norte de África. Curiosamente, algunos de estos colmillos llevan inscripciones que sugieren que eran regalos destinados a destinatarios desconocidos, lo que añade un aire de misterio a su historia.
Además, la isla sirvió como refugio para piratas berberiscos hasta el siglo XVIII. Su ubicación estratégica y su difícil acceso la convertían en un escondite ideal para estos corsarios que asolaban las costas murcianas. Se dice que desde la isla, los piratas lanzaban incursiones a las poblaciones cercanas, sembrando el terror entre los habitantes. Esta historia ha alimentado numerosas leyendas locales sobre tesoros escondidos y aventuras marítimas.
Visitar Isla Grosa: Consejos y turismo responsable
Acceder a Isla Grosa, una joya natural del Mediterráneo murciano, requiere cumplir con ciertas regulaciones debido a su estatus de espacio protegido. Desde el 27 de junio de 2025, se ha restablecido el servicio de vigilancia en la isla, tras varios meses de ausencia que habían generado preocupaciones por actividades no controladas, como fondeos indebidos y pesca furtiva. Para visitar la isla, es esencial obtener los permisos correspondientes y respetar las normativas establecidas para preservar su biodiversidad. Además, se han repuesto las boyas de señalización para guiar a las embarcaciones y garantizar la seguridad de los visitantes y buceadores.
Para los entusiastas del buceo, Isla Grosa ofrece inmersiones únicas entre formaciones rocosas y praderas de posidonia. Sin embargo, es fundamental elegir centros de buceo que sigan prácticas sostenibles y estén familiarizados con las regulaciones locales. Antes de sumergirse, asegúrese de que su equipo esté en óptimas condiciones y de que posee la certificación adecuada para las inmersiones planificadas. Además, es recomendable informarse sobre las especies marinas locales y las áreas protegidas para evitar interferencias en su hábitat natural.
La responsabilidad individual es clave para la conservación de Isla Grosa. Los visitantes deben respetar las normas establecidas, como no tocar ni alimentar a la fauna marina, no recolectar corales o conchas, y evitar el uso de protectores solares que puedan dañar el ecosistema marino. Participar en programas de conservación o en actividades de limpieza organizadas por las autoridades locales puede ser una excelente manera de contribuir activamente a la protección de este entorno único. Recordemos que el turismo responsable en Murcia no solo enriquece nuestra experiencia, sino que también garantiza que futuras generaciones puedan disfrutar de la belleza de Isla Grosa.
Isla Grosa en el contexto de la Región de Murcia
Isla Grosa se erige como un emblema del patrimonio natural de la Región de Murcia, ofreciendo una experiencia única de turismo natural en Murcia. Su singularidad geológica y la riqueza de su biodiversidad la convierten en un destino imprescindible para los amantes de la naturaleza. Además, forma parte de las islas del Mar Menor, contribuyendo a la diversidad ecológica de la zona. La conservación de estos espacios es esencial para las generaciones futuras, ya que representan la esencia del Mediterráneo y su legado natural. ¿No es acaso nuestra responsabilidad proteger y valorar estos tesoros naturales?