El volcán de El Carmolí, situado en el Campo de Cartagena, es un testimonio geológico que se alza a 113 metros sobre el nivel del mar. Este cono volcánico, formado hace aproximadamente siete millones de años durante el Mioceno superior, comparte su origen con las islas del Mar Menor. Compuesto principalmente de andesita, presenta formaciones rocosas singulares, como la conocida «Cabeza de león» en su ladera oriental.
Más allá de su relevancia geológica, El Carmolí es un símbolo del paisaje natural de Murcia. Desde su cumbre, accesible para senderistas, se obtiene una panorámica excepcional del Mar Menor y sus alrededores. Este entorno ha sido testigo de diversas intervenciones humanas a lo largo de la historia, desde la recolección de plantas aromáticas en tiempos romanos hasta la construcción de túneles durante la Guerra Civil para almacenamiento de armamento.
En la actualidad, tanto el monte de El Carmolí como su marina están protegidos dentro del paisaje denominado «Espacios abiertos e islas del Mar Menor», con categorías de Parque Natural, LIC y ZEPA. Esta protección busca preservar su riqueza natural y fomentar el interés turístico y científico en la región.
Origen y Características Geológicas del Volcán de El Carmolí
El Volcán de El Carmolí, situado en el Campo de Cartagena, es un testimonio geológico de la actividad volcánica que tuvo lugar en la Región de Murcia durante el Mioceno superior, hace aproximadamente 7 millones de años. Este período se caracterizó por la subducción de la placa africana bajo la euroasiática, lo que provocó erupciones de tipo estromboliano de baja intensidad, dando lugar a pequeños estratovolcanes que, con el tiempo, han sufrido una notable erosión.
El Carmolí se distingue por su composición de andesita, una roca volcánica rica en minerales como plagioclasa y piroxeno. En su ladera este, se pueden observar formaciones rocosas singulares, como la denominada ‘Cabeza de león’. Además, presenta estructuras geológicas notables, como disyunciones columnares, resultado del enfriamiento y contracción de la lava, que generan columnas prismáticas.
Dentro del contexto del Campo de Cartagena, El Carmolí es parte de un conjunto de formaciones volcánicas que incluyen las islas del Mar Menor, la Isla Grosa y el Cabezo Beaza. Sin embargo, su proximidad al litoral y su prominente elevación de 113 metros sobre el nivel del mar lo convierten en un punto de referencia geológico y paisajístico. Desde su cumbre, se obtiene una vista panorámica del Mar Menor, lo que lo hace especialmente atractivo para estudios geológicos y actividades educativas.
La singularidad de El Carmolí radica en su estado de conservación y en la diversidad de formaciones geológicas que alberga, lo que lo convierte en un recurso didáctico invaluable para comprender la geología volcánica de la región. Su estudio ofrece una ventana al pasado geológico de Murcia, permitiendo a científicos y entusiastas explorar las dinámicas volcánicas que moldearon el paisaje actual.
Historia y Leyendas del Volcán de El Carmolí
El volcán de El Carmolí, con sus aproximadamente siete millones de años de antigüedad, ha sido testigo de innumerables episodios históricos en la Región de Murcia. Durante la época romana, se tiene constancia de la recolección de plantas aromáticas y medicinales en sus laderas, aprovechando la riqueza botánica que caracteriza al lugar. En tiempos más recientes, antes de la Guerra Civil Española, se construyó un aeródromo militar en sus inmediaciones, utilizado por la fuerza aérea republicana para entrenamientos de alta velocidad. Algunos instructores procedían de la Unión Soviética, lo que añade una dimensión internacional a su historia.
Más allá de su relevancia histórica, El Carmolí está envuelto en leyendas y curiosidades que capturan la imaginación. Una de las formaciones rocosas más emblemáticas es la denominada «Cabeza de león», ubicada en la ladera este del volcán. Esta peculiar estructura ha inspirado relatos locales que atribuyen formas animales a las caprichosas siluetas esculpidas por la erosión. Además, se han encontrado petroglifos calcolíticos en la zona, evidenciando la presencia humana desde tiempos prehistóricos y sugiriendo que el lugar pudo tener un significado ritual o simbólico para las antiguas comunidades.
Curiosamente, el nombre «El Carmolí» proviene del catalán «Cap del Molí», que significa «Cabezo del Molino». Este topónimo refleja la influencia de diversas culturas en la región y sugiere la posible existencia de molinos en la zona en tiempos pasados. Además, en la cima del volcán se ha erigido una cruz que, junto al vértice geodésico, añade un nuevo atractivo al lugar, convirtiéndolo en un punto de interés tanto para senderistas como para aquellos interesados en la historia y las tradiciones locales.
Un Espacio Natural Protegido entre la Laguna del Mar Menor
El volcán de El Carmolí, con su imponente presencia a orillas del Mar Menor, no solo es un testigo geológico del pasado volcánico de la región, sino también un refugio ecológico de incalculable valor. Sus laderas albergan una flora singular, destacando especies iberoafricanas como el azufaifo (Ziziphus lotus), el cornical (Periploca angustifolia), el palmito (Chamaerops humilis), el oroval (Withania frutescens) y el chumberillo de lobo (Caralluma europaea). Estas plantas, adaptadas a las condiciones semiáridas y salinas del entorno, conforman un mosaico vegetal que sustenta una rica biodiversidad.
La fauna del área es igualmente notable. En las charcas temporales que se forman en la marina del Carmolí, habita el fartet (Aphanius iberus), un pez endémico del litoral mediterráneo español y en grave peligro de extinción. Además, la zona ha sido escenario de esfuerzos de conservación, como la reintroducción de la canastera (Glareola pratincola), una especie de ave que había desaparecido de la Región de Murcia y que, gracias a iniciativas como las de la Asociación de Naturalistas del Sureste (ANSE), cuenta ahora con alrededor de 20 parejas reproductoras en la marina del Carmolí.
La estrecha relación entre El Carmolí y el Mar Menor es evidente. Las ramblas que atraviesan la marina, como la de Miranda y la del Miedo, desembocan en la laguna, transportando nutrientes y sedimentos que influyen en la calidad del agua. Este flujo natural resalta la importancia de la protección medioambiental del espacio natural de El Carmolí, no solo para preservar su biodiversidad, sino también para mantener el equilibrio ecológico del Mar Menor. La designación de la zona como Parque Natural, Lugar de Importancia Comunitaria (LIC) y Zona de Especial Protección para las Aves (ZEPA) subraya su relevancia en la conservación de la biodiversidad regional.
Volcán de El Carmolí: Turismo, Senderismo y Experiencias Memorables
Ubicado en la costa del Mar Menor, el volcán de El Carmolí es un destino ideal para los amantes del senderismo en Murcia. Para llegar, toma la salida 794 de la N-332 en dirección a El Carmolí – Los Urrutias. Una vez en Punta Brava, el volcán se encuentra detrás de las urbanizaciones a la derecha de la carretera.
Una ruta destacada es la Senda de El Carmolí (SL-MU 8), un recorrido circular de aproximadamente 2 km que asciende hasta la cima del volcán, ofreciendo vistas panorámicas del Mar Menor y sus alrededores. Durante el trayecto, es posible explorar antiguas instalaciones militares, como búnkeres y polvorines, que añaden un componente histórico a la experiencia.
Al planificar tu visita, es esencial respetar el entorno natural. El área alberga especies protegidas como el azufaifo (Ziziphus lotus) y el palmito (Chamaerops humilis). Se recomienda no recolectar plantas ni dejar residuos, contribuyendo así a la conservación de este valioso ecosistema. Además, es aconsejable llevar calzado adecuado y agua, ya que la ruta carece de sombra y puede ser exigente en días calurosos.
Curiosidades Eternas del Volcán de El Carmolí
El Carmolí, con sus 113 metros de altura, es un testigo silencioso de la historia geológica de Murcia. Formado hace unos siete millones de años durante el Mioceno superior, comparte su origen con las islas del Mar Menor, como la Isla Perdiguera y la Isla Mayor. Este volcán extinguido, compuesto principalmente de andesita, presenta formaciones rocosas singulares, destacando la conocida «Cabeza de león» en su ladera este. Curiosamente, su nombre proviene del catalán «Cap del Molí», que significa «Cabezo del Molino», reflejando la influencia lingüística en la región. Además, su ubicación estratégica ofrece vistas panorámicas del Mar Menor, convirtiéndolo en un punto de referencia tanto geológico como cultural en Murcia.